El despido es la decisión unilateral de un empresario que determina el final de un contrato de trabajo. Una de las modalidades más usadas de despido es el despido objetivo, cuya regulación se encuentra en el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores.

Los empresarios pueden finalizar la relación laboral contraída con sus trabajadores por múltiples causas. Sin embargo, son solo cuatro las causas que posibilitan el uso del modelo de despido objetivo:

· Ineptitud del trabajador
La empresa debe justificar que el trabajador se encuentra incapacitado para la correcta realización de las funciones de su trabajo. Esta ineptitud debe ser conocida posteriormente a que el trabajador se haya incorporado al puesto.


· Falta de adaptación del trabajador
En este caso el trabajador no ha sido capaz de adaptarse a las modificaciones técnicas asumidas por la empresa. Este hecho se puede producir a partir de cambios tecnológicos en el ciclo productivo de su trabajo.


· Faltas de asistencia al trabajo
Faltas de asistencia superiores al 20% en dos meses o el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un período de un año. También se contemplan como motivo de despido objetivo las faltas justificadas pero intermitentes. Deben excluirse de estas faltas las ausencias debidas a huelga, representación legal de los trabajadores, accidente de trabajo, maternidad, riesgo durante el embarazo y la lactancia, parto o lactancia, paternidad, tratamiento médico de cáncer o enfermedad grave, entre algunas otras excepciones.


· Causas económicas y/o productivas
Si la empresa argumenta dificultades económicas o una reestructuración productiva que impida la continuidad del trabajador, puede proceder a su despido con la indemnización determinada en el despido objetivo.

Los trabajadores despedidos por los motivos de despido objetivo tienen derecho a conocer su despido con 15 días de antelación con la causa concreta que lo justifica. La notificación deberá ser por escrito. En caso que la empresa incumpla este derecho, el trabajador puede recurrir y obtener una compensación económica.

En el mismo momento de la notificación del despido, la empresa está obligada a poner a disposición del trabajador una indemnización de veinte días por año de servicio, prorrateándose por meses los períodos de tiempo inferiores a un año y con un máximo de doce mensualidades.

Además, la empresa debe entregar al trabajador un certificado de empresa que le permita solicitar el subsidio del paro y, durante los 15 días desde la notificación del despido, el trabajador tiene derecho a 6 horas a la semana para buscar trabajo.

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