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Vamos a tratar con un ánimo constructivo a tratar de identificar algunas respuestas que intentan únicamente abrir un posible debate. En concreto serán cinco puntos.
El problema: el fracaso empresarial es casi un estigma social. No se valora la experiencia y aprendizaje que representa un fracaso.
1. No se ha desarrollado suficientemente una cultura en favor del emprendimiento y los negocios. La mayoría de los jóvenes (incluso cualificados, como los universitarios) prefieren buscar trabajo por cuenta ajena o ser funcionarios. Ser empresario o emprendedor no representa un valor social, si a ello se le une un fracaso es evidente que fallando lo primero, lo segundo podría ser casi anecdótico.
2. Por el tipo de negocios desarrollados predominantemente en España en los últimos quince años. Es evidente que no predominan las empresas basadas en el conocimiento y la tecnología (tipo Silicon Valley),
sino más bien negocios de tipo especulativo en torno al boom mobiliario y otros similares. El éxito de muchas de estas empresas ha estado asociado al “pelotazo” y el fracaso, obviamnete no puede estar valorado.
3. El papel de las universidades en el estudio de los casos. La formación en las universidades y especialmente en las Facultades de Económicas quizás no ha “pivotado” suficientemente hacia el aprendizaje de los casos empresariales y, muy especialmente sobre el valor tanto del éxito como del fracaso empresarial. En España, no se valora suficientemente el éxito empresarial (ver Valorar el fracaso empresarial -y por favor también el éxito). Algo distinta es la situación en nuestras Escuelas de Negocios ¿insuficiente?
4. Los medios de comunicación. Las noticias predominantes dan cuenta de fracasos que en muchos casos están asociados a corrupción, negocios especulativos, etc. se crea una cultura popular crítica y adversa a la empresa en general.
5. La percepción histórica de la sociedad en general y política en particular. Las raíces de nuestra democracia en la transición se asientan en postulados en muchos casos radicalizados en una animadversión hacia el mercado y la libre empresa como elementos asociados a una dictadura que persistió en España cuarenta años.
Vías posibles para superar la aversión al fracaso y la valoración del éxito y el emprendimiento en España:
Desarrollar una comunicación activa sobre el valioso aprendizaje que representa el fracaso empresarial (casos, ejemplo de éxitos profesionales posteriores, etc.)
Fomentar nuevos perfiles de empresarios del siglo XXI basados en la tecnología y el conocimiento.
Explotar el atractivo de la economía digital y nuestras empresas… valorar y dar a conocer nuestros “Google, Facebook, etc”.
Fomentar la investigación de los casos empresariales (éxitos y fracasos) en universidades, escuelas de negocios, etc.
Fomentar el emprendimiento entre los jóvenes y su reconocimiento social.
Fomentar la ética empresarial y la transparencia en los negocios en general.
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